OPINIÓN. La impunidad de la mentira
El Partido Popular ha instalado en Andalucía una peligrosa costumbre: gobernar prescindiendo de la verdad. El caso de los cribados de cáncer de mama es quizá el ejemplo más doloroso. Durante semanas se aseguró que el sistema había funcionado en Almería, que todo estaba bajo control, pero la realidad ha acabado por imponerse tras reconocer la propia Junta que diez mujeres en la provincia no fueron informadas de que debían repetirse las pruebas. Nadie ha dimitido ni tampoco ha pedido disculpas por ello.
