
OPINIÓN. Autonomía energética
En los últimos meses hemos estado mirando el precio de la luz con la misma angustia con que lo hicimos con la prima de riesgo en los peores años de la crisis económica, cuando llegó a alcanzar casi los 700 puntos básicos, en el verano de 2012. Nadie sabía muy bien qué significaba aquello, salvo los eruditos del tema, pero el caso es que todos andábamos con la sensación de que la camisa no nos llegaba al cuello.