OPINIÓN. El cambio a peor con Moreno Bonilla

Juan Carlos Pérez Navas
Juan Carlos Pérez Navas

Juan Carlos Pérez Navas

Andalucía atraviesa por el peor momento desde que comenzara la pandemia. Los datos diarios de contagios, hospitalizados y fallecidos son insoportables. Se ha multiplicado por cinco el índice de contagios desde el inicio de esta pesadilla y la incidencia va, imparablemente, en alza. Las UCI están desbordadas y la población, lógicamente, desesperada, indignada y confundida porque hace un mes era llamada a celebrar la Navidad –así se dijo desde el Gobierno andaluz de las derechas- y ahora la Junta le hace responsable de las alarmantes cifras de Covid-19.

En medio este tsunami sanitario y social se cumplen dos años desde que Juan Manuel Moreno Bonilla pactara con Ciudadanos y con la extrema derecha para hacerse, a toda costa, con el poder en San Telmo pese a no ser el líder elegido por la mayoría de los andaluces. En el ecuador de su legislatura, lo que anunció como el ‘gobierno del cambio’ lo ha sido, sí, pero a peor. Ha cambiado el rumbo de Andalucía, ciertamente, pero hacia el desastre. Sus políticas antisociales y absolutamente nefastas han dañado la proyección y la potencia de esta comunidad en indicadores como el de desarrollo económico, empleo, bienestar social, servicios públicos, y también en los derechos y libertades del gobierno que lo cambió todo a peor.

En Andalucía, Moreno Bonilla ha impuesto el caos con sus excéntricas medidas como las de dictar el cierre perimetral entre provincias, pero eximir del cumplimiento de esta norma a quienes vayan a esquiar o a cazar. Son sólo un ejemplo de las contradicciones casi diarias a las que nos tiene acostumbrados el presidente andaluz, lo que genera desconcierto y desasosiego entre la población. El presidente andaluz se ha limitado en su gestión a lo fácil, a prohibir sin ayudas, a eludir responsabilidades culpando a la ciudadanía y al Gobierno de España sin asumir los fallos de su propia gestión. Su estilo de gobierno de indecisión, desgobierno y falta de liderazgo lo trata de suplir Moreno Bonilla, además, colocando permanentemente el espejo retrovisor y comparando, sobre su ideada mentira, la gestión anterior del Gobierno andaluz.

El presidente andaluz está consiguiendo, a pulso, ganarse el apelativo de ser el líder de un gobierno desquiciado, en el que priman las decisiones tardías y contradictorias. Las consecuencias de su gestión se traducen en un colapso de los centros de salud, en un aumento de las listas de espera, una falta de atención a la ciudadanía en servicios vitales como el de Salud Responde que era modélico en el país gracias a la gestión de los anteriores gobiernos del PSOE en la Junta. Todo ello ha provocado un deterioro del estado de salud de la población, como la de nuestros mayores y con un índice de mortalidad de los más altos sin inversión en infraestructuras sanitarias, salvo las inauguraciones de hospitales y centros de salud que venían ejecutándose años atrás por gobiernos socialistas.

En educación, asistimos a un desmantelamiento de lo público por parte del Gobierno andaluz de las derechas que privatiza y ataca a la comunidad educativa, además de dar la espalda a los municipios en materia de empleo y de generación de oportunidades. Comercio y Turismo sufren de la mano de Moreno Bonilla quien lo primero que hizo al llegar al poder en Andalucía fue bajar los impuestos a las grandes fortunas.

Estas políticas y otras muchas más vienen a confirmar de manera transparente que estos dos años sólo han servido para empujar a Andalucía hacia un cambio de rumbo a peor y de ello tenemos que hacer responsables a la coalición formada por las derechas y la extrema derecha cuyos intereses son radicalmente opuestos a los de la inmensa mayoría de la ciudadanía andaluza.