La gran mentira de Moreno Bonilla

José María Martín, secretario general del PSOE de Almería
José María Martín, secretario general del PSOE de Almería

Los nuevos presupuestos que la Junta de Andalucía ha presentado para 2026 vuelven a ser una tomadura de pelo en toda regla para Almería y otro ejercicio de propaganda burda en una provincia que sigue siendo la gran olvidada para el Gobierno de Moreno Bonilla, que ni respeta nuestro peso poblacional ni adopta una sola medida para sacar del agujero en el que ha metido a la sanidad pública.

El patrón se repite año tras año. Se anuncian cifras millonarias y proyectos repetidos como si fuesen nuevos, pero a la hora de la verdad no se ejecutan las inversiones. Tanto da si el Partido Popular dice que pone 300 como si promete 500, puesto que las cuentas nos indican que desde 2019, de cada cien euros presupuestados en Almería, solo se invierten catorce.

Llama poderosamente la atención que el Gobierno de Moreno Bonilla diga que ahora se va a preocupar por la educación, tras aumentar las aulas prefabricadas, abandonar al alumnado con necesidades especiales y dejar a muchos estudiantes de FP sin plazas públicas mientras favorece a la privada.

No hay quien se crea las palmaditas de ánimo a la Universidad de Almería tras asfixiarla económicamente, ni tampoco que diga que va a atender el problema de la vivienda, cuando no ha adoptado ni una sola medida que frene los precios del alquiler o de la compra.

Lo más grave es que esta gestión, que ya todo el mundo pone en entredicho, tiene consecuencias reales en la vida de la gente. Por ejemplo, en la sanidad pública, donde el deterioro salta a la vista en hospitales como La Inmaculada de Huércal-Overa o el de Poniente, que no disponen de los recursos ni de las plantillas necesarias para evitar seguir engordando unas ya de por sí demoledoras listas de espera. Y no es algo que parezca preocuparle en exceso a Moreno Bonilla, que prefiere taparse los ojos y presumir de haber presentado unos presupuestos históricos. Sucede, sin embargo, que lo único verdaderamente histórico es el daño que su modelo ha provocado en muchas mujeres víctimas de terribles fallos en los cribados de cáncer. Ni Almería ni Andalucía necesitan más promesas ni más titulares vacíos, sino un gobierno que invierta, que gestione y que rinda cuentas. Entre otras cosas, porque más de siete años de propaganda no curan una enfermedad ni alivian la espera de ningún paciente