
Opinión


OPINIÓN. 45 años de 8M
La próxima semana todos los demócratas tenemos una cita ineludible en las calles y plazas de nuestras ciudades para celebrar el 8 de marzo marcado, este año, por una guerra que ha desatado un dictador contra el pueblo ucraniano ante la que la Unión Europea está respondiendo de forma firme y unánime con los mecanismos que tiene a su alcance.

OPINIÓN. Nuestra bandera
Cuando muchos de nosotros y nosotras, que llevamos muchos veintiochos de febrero a las espaldas, pensábamos que esa lucha, la que representa nuestra bandera, la de la igualdad de oportunidades y la de los servicios públicos, estaba ganada, hemos caído en la cuenta de que tenemos que volver a ondearla con fuerza en nuestras calles.

OPINIÓN. Moreno Bonilla, incapaz para todo
El Partido Popular está en guerra y descomposición y poco se puede añadir al serial que ofrecen desde hace tiempo. El partido que se vende como alternativa de gobierno está sumido en una crisis sin precedentes y esto, al final, es una preocupación para la democracia y para el sistema de partidos en este país y, sobre todo, representa un peligro por el aumento del populismo. Es innegable que el PP es, desde hace tiempo, responsable del auge de la extrema derecha en este país al que le ha cambiado sillones por poder en lugares como Andalucía donde está suponiendo un retroceso para el desarrollo social de la comunidad.

OPINIÓN. Tarjeta de crédito sanitaria
La sociedad andaluza ha emprendido una lucha que no tiene vuelta atrás y que, además, es de justicia: la defensa de la sanidad pública. Las movilizaciones que en este sentido se vienen produciendo en las últimas semanas son una buena prueba de ello y anticipan uno de los frentes en los que se van a dirimir las próximas elecciones en Andalucía. A todos los andaluces y andaluzas nos va a tocar elegir entre un modelo de servicios públicos de calidad o aquel en el que hay que tirar de tarjeta, pero no de la del SAS, sino de la de crédito.

OPINIÓN. Extrema torpeza
El Partido Popular está empezando a pagar muy caro el blanqueamiento político que le viene haciendo a la extrema derecha, de la que ha tirado y tirará para asegurarse gobiernos sin reparo alguno. Ahí están los acuerdos que firmó con Vox para para la investidura de Moreno Bonilla en Andalucía, la de López Miras en Murcia o la de Díaz Ayuso en Madrid, que además han contado en la mayoría de los casos con el beneplácito del partido, -cada vez más irrelevante-, que lidera Arrimadas.

OPINIÓN. Un viaje a ninguna parte
Alcaldes y presidentes de Diputaciones del Partido Popular se plantaban hace unos días en Bruselas para poner en escena un nuevo capítulo del vodevil que han montado con el reparto de los fondos de la Unión Europea para la recuperación. El alcalde de la capital almeriense, Ramón Fernández Pacheco, y el presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García, decidieron unirse al grupo de teatro y perder, de este modo, un valioso tiempo que podían haber empleado en impulsar proyectos competitivos, en lugar de ponerse en evidencia.

OPINIÓN. El PP, a la deriva
Vivimos una preocupante escalada de agresión a la democracia. Lo sucedido la semana pasada en el Congreso de los Diputados, el asalto al Ayuntamiento de Lorca o las feroces críticas a los fondos europeos unido a un despliegue de la derecha de actitudes trumpistas no hacen, si no, degradar a las instituciones.

OPINIÓN. El agua del pasado no movió el molino
En junio de 2018, Mariano Rajoy dejó la Presidencia del Gobierno como consecuencia de la moción de censura que registramos los socialistas tras conocerse la sentencia del Caso Gürtel y la trama de corrupción de la que se benefició el Partido Popular. Rajoy ponía fin, de esa manera, a casi ocho años en el poder que fueron desoladores para Almería en todos los ámbitos, pero fundamentalmente en lo económico y en lo social.

OPINIÓN. La huida de Moreno Bonilla
Es bastante decepcionante ver al presidente andaluz embarcado en una carrera por montar un relato a su interés de adelanto electoral en lugar de ocuparse de la pandemia y de gestionar los fondos extraordinarios de recuperación. También es desalentador ver su huida del Parlamento de Andalucía para no estar en los problemas de la población andaluza que pasan, sin duda, por la situación sanitaria y la atención que se debe dar desde lo público.