El Aula Socialista de Cultura reflexiona sobre la historia épica del movimiento feminista y el camino por recorrer

Cándida Martínez, catedrática de Historia Antigua de la Universidad de Granada
Cándida Martínez, catedrática de Historia Antigua de la Universidad de Granada

Mujeres científicas y del ámbito universitario ponen en valor el papel de inventoras e investigadoras y analizan las barreras a superar

El Aula Socialista de Cultura ‘Joaquín Pérez Siquier’ de la Agrupación del PSOE de Almería capital, con la colaboración de los grupos de investigación Sur Clio y Estudios del Tiempo Presente de la UAL y la Fundación Unicaja, ha celebrado una jornada en la que, en el marco de la conmemoración del 8 de marzo, la catedrática Cándida Martínez ha acercado la historia épica del movimiento feminista y el camino pendiente por recorrer para alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres, mientras que tres mujeres científicas –Antonia Aránega, María del Pilar Flores y Gema Esteban- han expuesto en una mesa redonda diferentes visiones sobre el papel de la mujer en este ámbito y los retos pendientes.

La catedrática de Historia Antigua de la Universidad de Granada, Cándida Martínez, ha sido la ponente de la conferencia ‘Cambiando el mundo. La épica del movimiento feminista’ en la que ha destacado “que la ambición del feminismo ha cambiado la realidad del siglo XX y las mujeres hemos hecho una lucha épica” aunque aún queda “un largo camino por recorrer”.

En ese sentido, la catedrática ha calificado la lucha de las mujeres como “épica, difícil” que empezó “por salir del silencio y organizarse”. Con “retos impresionantes”, las mujeres han demostrado “capacidad de organización, de plantear propuestas diferentes a las existentes, creatividad de pensamiento, resistencia y constancia”, además de una clara determinación dentro del “pacifismo”. “La realidad actual no sería posible sin la lucha de las mujeres, que han pretendido algo profundo: subvertir el orden, cambiar el mundo. Es un movimiento pacíficamente subversivo”, ha remarcado.

Martínez ha realizado un repaso a los orígenes del movimiento feminista, centrándose en el eje de la consecución de ciudadanas de pleno derecho dentro del que ha subrayado que en un siglo, las mujeres han pasado de luchar por el voto a luchar por la paridad democrática. De ese modo, la catedrática ha tenido un reconocimiento para los clubes de mujeres con influencia en la Revolución Francesa, para las mujeres de Séneca Falls -que crearon el texto fundacional del feminismo-, el movimiento ‘Pan y Rosas’ y, especialmente, para el movimiento sufragista, que reclamaba el derecho al voto de las mujeres a nivel internacional.

En este apartado, se ha detenido en la habilidad para inventar o hacer comunes nuevas formas de protesta, que siguen vigentes, como la huelga de hambre, la resistencia pacífica, la presión a los parlamentos con recogidas de firmas, la interrupción de oradores en eventos importantes, los escraches o la negativa al pago de multas. Con una referencia especial a las figuras de Clara Campoamor y a la almeriense Carmen de Burgos, activista por el voto de las mujeres e impulsora de la Cruzada de las Mujeres Españolas -primera organización que respaldaba esa justa reivindicación-.

“Antes se las ponía de feas, ahora se las desprestigia”

La resistencia masculina a esos cambios ha utilizado múltiples argumentos como “la maldad del poder, que era incompatible con el orden y se ponía en peligro la familia” e, incluso, “se publicaba en los periódicos que las feministas eran feas, que no tienen novio y que por eso intentaban acceder a esos espacios públicos”. La misma resistencia masculina “que antes las ponía de feas, ahora las desprestigia igualmente”.

Los argumentos actuales de resistencia masculina, una vez llegados el movimiento de Liberación de las Mujeres de los años 70 y otros actuales que ponen el foco en la paridad democrática, salarial, el cuerpo o la sexualidad, pasan por cuestionar sobre “qué más quieren las mujeres”, que no es más que, desde la perspectiva del privilegio, venir a decir que “esto es lo mío, y vienen a quitármelo” o por defender que la lucha de las mujeres “va a excluir a hombres competentes”. Frente a eso, las mujeres reivindican “que somos más del 50% y eso requiere de justicia democrática o que se tiene que hacer un mejor uso de los recursos disponibles para transformar la sociedad”, en los que tiene un puesto esencial la aportación femenina.

En ese sentido, la catedrática ha relatado “los viejos y nuevos conflictos de género” a los que se hace frente, entre los que se encuentran  los estereotipos, la resistencia a la incorporación de las mujeres a ámbitos masculinos, viejas y nuevas formas de explotación del cuerpo de las mujeres, la responsabilidad del trabajo doméstico asignado a ellas, la feminización de la pobreza o conflictos políticos y religiosos que conllevan el control de las mujeres.

Los datos del Nobel

Antes de la conferencia de Cándida Martínez, el Aula Socialista de Cultura ha acogido la mesa redonda ‘Mujeres y Ciencia: Retos y Dificultades’ con la participación de Antonia Aránega, catedrática de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad de Granada; María del Pilar Flores Cubo, catedrática de Psicología de la Universidad de Almería y Gema Esteban Bueno, presidenta de la Asociación de Síndrome de Wolfram y delegada en Andalucía de la Federación Española de Enfermedades Raras.

Aránega ha sido la encargada de poner en valor el trabajo realizado por inventoras e investigadoras a través del registro de patentes, a pesar “de las dificultades del entorno” y dejándose llevar “por su deseo y pasión por alcanzar logros científicos, con un marcado carácter de utilidad social”. “No nos lo pongáis tan difícil”, ha espetado la catedrática de Anatomía y Embriología Humana de la Universidad de Granada, al tiempo que evidenciaba que desde el año 1901 “los hombres han ganado el 97% de los galardones científicos dentro de los Premios Nobel”.  En concreto, en Medicina lo han obtenido 12 científicas frente a 202 hombres; en Química, solamente 4 mujeres han sido reconocidas frente a 174 hombres y en Física, la cifra de mujeres con Nobel se reduce a 2 frente 205 hombres ganadores.

Educadas para ser cautas

Esas mismas referencias ha manejado María del Pilar Flores Cubo, catedrática de Psicología de la Universidad de Almería durante una intervención en la que ha querido subrayar las dificultades para alcanzar puestos de dirección en las universidades a las que se enfrentan las mujeres. “Solamente el 46% de los estudiantes son hombres, pero el 79% de los puestos de dirección y de cátedras las terminan ocupando ellos”, ha explicado. Una de las razones fundamentales es que la consecución de un currículum competitivo coincide con el periodo de maternidad de las mujeres, a las que se les obliga a renunciar, postergar ese momento o llevarlo con grandes dificultades debido a la fuerte dedicación y las estancias internacionales que necesitan realizar.

“¿Por qué hay más hombres que mujeres en carreras científicas?”, se ha preguntado también Flores, antes de explicar que el componente educativo resulta clave. “Las mujeres están educadas para ser cautas y saber sus límites, los hombres para conseguir lo que se propongan. Así que cuando las mujeres se plantean una carrera de ciencias, a veces piensan que es mejor hacer otra más asequible”, ha lamentado. De ese modo, ha reclamado una educación igualitaria para tener a “más mujeres en carreras técnicas”, además de conseguir “más mujeres en puestos de responsabilidad de la Universidad y más financiación para sus investigaciones”.

Investigación en Wolfram

La presidenta de la Asociación de Síndrome de Wolfram y delegada en Andalucía de la Federación Española de Enfermedades Raras, Gema Esteban Bueno, ha expuesto los avances, liderados por ella misma como doctora, en la investigación sobre el Síndrome de Wolfram, una enfermedad de origen genético que se caracteriza por la existencia de diabetes y afectación ocular degenerativa, y en la que existen otras manifestaciones como sordera, diabetes insípida y, con menor frecuencia, otros trastornos neurológicos y urológicos.

Para concluir, tras dar a conocer el trabajo pionero que se realiza en Almería en materia de valoraciones multidisciplinares de pacientes procedentes de todo el país, la doctora ha avanzado que, tras 20 años luchando en este tema, ha conseguido que se vaya a poner en marcha un ensayo clínico a nivel europeo “que supone una gran esperanza de cara a prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad”.

Próximas jornadas

Estas reflexiones han constituido el centro de las segundas jornadas del ciclo ‘Regeneración Democrática, Mujeres y Ciudadanía’ organizado por el Aula Socialista de Cultura ‘Joaquín Pérez Siquier’ de la Agrupación del PSOE de Almería, con la colaboración de los grupos de investigación Sur Clio y Estudios del Tiempo Presente de la UAL y la Fundación Unicaja.

La próxima cita dentro del ciclo está prevista el 21 de marzo, a las 19.30 horas en el Centro Unicaja de Cultura –Paseo de Almería, 69- para abordar, en una mesa redonda, la brecha salarial y la feminización de la pobreza. Los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras en Almería, Carmen Vidal y Antonio Valdivieso, participarán en ese foro junto a la coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer, Francisca Serrano, y la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Almería, Ana Melado.

El 5 de abril será la ex ministra de Cultura y secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Calvo, la encargada de cerrar el programa, a las 19.30 horas en el mismo Centro Unicaja de Cultura, con la conferencia ‘No hay socialismo sin feminismo’.